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Del libro Introducción a la Astrología. S. Fuzeau-Braesch. Editorial Paidós. Bs. As (Argentina). 1991. Pag. 42 y siguientes.
Babilonia - En Mesopotamia, todo comienza entre el Tigris y el Eufrates, bajo una latitud propicia a la agricultura, a las manifestaciones de las estacikones (alrededor de los 30º de latitud Norte) y a la observación del cielo.
Entre los siglos VI y I antes de nuestra era, el país se encuentra repartido entre Sumeria al sur y Arcadia al norte. La inscripciones en arcilla con cañas talladas pasan a ser, de ayuda memoria prácticos y concretos, a una verdadera escritura llamada “cuneiforme”, de base fonética. Invención fundamental de los sumerios, recogida luego por los acadios que dominan luego Sumeria, esta escritura iba a ser luego la del reino de Babilonia, a partir del segundo milenio a.C. Conservada y desarrollada por una elite aristocrática, confiere a ésta gran poder y privilegio, como sucedió también en Egipto.
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José María Moreno
Astrólogo – Psicólogo
Editado en la Revista Mercurio 3 Nº 1. Octubre de 1986.
Los físicos están llegando al punto de afirmar que en un universo cuya urdimbre y textura es la espuma cuántica, el tejido de la realidad física se hace indistinguible del tejido del sueño. Al igual que cuando dormimos, la división entre nuestra consciencia y la realidad es arbitraria. Puedo soñar que estoy sentado en la mesa hablando con mis amigos. Pero la división entre yo mismo, las sillas, y mis amigos en el sueño es sólo ilusión. Todos los entes y artefactos están subordinados a la conciencia del soñador. Análogamente, desde la perspectiva física moderna, el universo se colapsa en una peculiar unidimensionalidad, como si éste careciera de dimensiones igual que en el sueño que no tienen presencia fuera del soñador.
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Jesús Esteban. Barcelona (España).
Artículo editado en la revista Cyclos de la Asociación de Astrología de Catalunya. Nº 42. Mayo 2010.
N del E: el texto presenta indicaciones para el hemisferio norte, debiendo adecuarse para su implementación en el hemisferio sur.
En la antigüedad, los agricultores se basaban en la observación de las estrellas (el recorrido del Sol por los diferentes signos del zodíaco, las fases lunares y las estrellas fijas) con el fin de acertar en las previsiones metereólogicas. Ya Virgilio en la época del Imperio Romano escribió este fragmento: “Si preparas la tierra para el trigo y quieres tener una cosecha rica por tu trabajo, antes de echar las semillas en los surcos, espera que las Pléyades se acuesten cuando se alce la Aurora y que la brillante Corona de la hija de Minos haya desaparecido en el cielo”. Este comentario hace alusión a lo que hoy denominamos un calendario agrícola.
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Paula Ferrari. Buenos Aires (Argentina)
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Seguramente, muchos de nosotros hemos leído numerosas relaciones posibles entre el Tarot y la Carta Natal…
Pero en esta oportunidad no quiero referirme tanto a lo que encontramos en los textos, sino a ciertos factores que surgen de la práctica en la experiencia del consultorio.
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El Oro de la Milésima mañana. Armand Barbault. Editorial Sirio, Málaga (España). 1986. Páginas 130 y siguientes.
(…) ¿Podemos pensar hoy en una colaboración entre el médico y el astrólogo, de tal forma que se vieran en los centros hospitalarios la curva de la temperatura del paciente en la cabecera de su cama, junto al diseño de su horóscopo? Esto parecería revolucionario para unos y retrógrado para otros. Sin embargo, subyace en ello una profunda verdad. El médico pediría al astrólogo todos los informes útiles sobre el planeta que “lleva el juego” en los diferentes niveles de la enfermedad y pasaría en consecuencia, sus órdenes al laboratorio espegírico, aportando así un suplemento de eficacia a los remedios normales.
