Escuela de Astrología. Viscontea. Buenos Aires (Argentina) 1983. págs. 46 y ss.
(…) Para comprender plenamente su significado, es oportuno considerar la etimología de la palabra Fortuna, proveniente del latín Fors, divinidad que dispensaba bienes y males al hombre, sin razón especial alguna.
Sería mejor, pues, identificar la Rueda o Parte de Fortuna, con una mujer vendada representada sobre una rueda, que otorga sus favores a los hombres sin mérito aparente, sinónimo de casualidad, fatalidad. Por los motivos expuestos, debemos entonces recordar que la Rueda de la Fortuna es un elemento astral ambivalente, que puede significar tanto la buena suerte -moral o material- como la falta de ella en un sector específico de la vida. Si lo quisiéramos identificar sólo con las riquezas y si no hiciéramos siempre una confrontación con la realidad, lo dejaríamos de lado injustamente, perdiendo así de vista el elemento “privilegiado” de la carta natal que puede indicarnos, incluso en los destinos más dramáticos, en qué dirección debemos orientarnos para hallar nuestro rincón de serenidad, nuestro refugio, nuestro oasis de paz.
Aries: aporta fortuna y bienestar material, gracias a una inteligencia viva y creadora o a una gran habilidad manual. La tendencia a la acción impulsiva puede hacer vivir alguna fase crítica, pero la confianza ciega en las posibilidades personales permite sobrellevar cualquier obstáculo y llegar, tarde o temprano, a la meta prefijada. Pensamientos audaces y temperamento autoritario basados en una gran rectitud moral, representan un elemento de desafío para la mentalidad corriente, trazando a menudo el surco para un futuro mejor.
Tauro: acentúa el interés por los bienes materiales, obstaculizando a veces el impulso para alcanzar metas espirituales y desinteresadas. La generosidad del individuo resulta así limitada, pero hay una buena garantía de bienestar, logrado y mantenido por el decisivo rechazo a sujetarse a las necesidades materiales. Favorece las actividades artísticas o vinculadas con la conservación del patrimonio natural, cultural y alimentario.
Géminis: brinda gran desenvoltura y diplomacia; permitiendo aprovechar en ventaja propia las situaciones, las amistades y los conocidos. En una carta natal negativa, podemos hallar una gran habilidad para el engaño y una doble personalidad que la faculta para utilizar hábilmente cada ocasión de mejora social o material.
Cáncer: si además de hallarse en este signo, realiza un buen aspecto con la Luna, la persona puede declararse "nacida con buena estrella", ya que tendrá muchas ocasiones de éxito y notoriedad. Existen además vínculos profundos y entrañables con el pasado, con la herencia familiar, con la tradición y un respeto, o una verdadera veneración, por la cultura o el país de origen, que puede impulsar a las más nobles empresas como a los peores excesos.
Leo: Es una de las posiciones más favorables para las aspiraciones dirigidas hacia una completa valorización de sus posibilidades propias. Orgullo y continua insatisfacción de las metas alcanzadas, van acompañados por una gran confianza en sí mismos y por el gran magnetismo personal que irradia a los demás.
Virgo: facilita las profesiones manuales o intelectuales, que casi siempre son desarrolladas con gran precisión y sentido de responsabilidad. No obstante, falta una ardiente ambición, por lo que las metas pueden ser modestas. A veces se descuidan conscientemente las buenas ocasiones de la vida. En el horóscopo de un artista, la fragmentación y la necesidad de análisis, vinculadas con el signo solar, pueden expresarse en técnicas y estilos diferentes o en elaboraciones continuas sobre el mismo tema.
Libra: es sinónimo de armonía, imparcialidad de juicio, buen gusto y sentido estético. Están muy favorecidas las carreras artísticas y todas las profesiones vinculadas con los artículos de lujo, de belleza, etc. A menudo, bienestar material y uniones armónicas, tanto dentro como fuera del matrimonio. La existencia trascurre sin grandes disgustos o grandes batallas, mientras que una mano providencial parece allanar toda dificultad.
Escorpio: es un factor de logro por medio de un tenaz y constante trabajo. Las fases críticas de la vida son superadas mediante acciones arriesgadas y peligrosas. El temperamento es a menudo irónico o mordaz, crítico e indagador. La sensibilidad es profundísima, aunque a veces el nativo asume el papel del severo benefactor.
Sagitario: es sinónimo de respeto por la tradición, por las leyes, por las reglas y por la jerarquía. El bienestar se conquista con regularidad, en confiada espera, sin contragolpes ni penurias. Bondad y generosidad se acompañan con quijotadas, tendencia a auxiliar al prójimo, al idealismo un tanto ingenuo que suscita simpatía y favorece la buena suerte. A veces, superficialidad y tendencia a dejarse estar.
Capricornio: a veces no permite disfrutar del presente, confiriendo un perenne descontento. Una ambición fría y oculta, que nunca se da por satisfecha con las metas alcanzadas, está poco dispuesta para dar generosamente a los demás. Al mismo tiempo, aun teniendo un temperamento cerrado, el nativo busca la consideración y la admiración ajenas, y se siente feliz si se le reconocen sus cualidades. En las cartas natales altamente espirituales, hallamos a menudo una vida retirada y el desapego de los bienes materiales.
Acuario: otorga una actitud desapegada hacia los hechos de la vida, una serena filosofía mezclada con fatalismo resignado o divertido. Esta ubicación permite superar las costumbres, los esquemas fijos, la moral corriente, impulsando a vivir situaciones excepcionales tanto buenas como malas.
Piscis: torna a los individuos intuitivos, idealistas, mediúmnicos, exaltados. En una carta con dominante neptuniana prevalecerá la atracción por el mundo invisible o por los problemas espirituales y humanitarios, mientras que en una carta con dominante de Júpiter, hallaremos amor por los placeres de la vida, el éxito y los honores.